Una de las estrategias más importantes de comunicación con nuestros clientes es el email marketing debido al alcance y segmentación, pero en algunos casos puede jugarnos en contra.
Supongamos que tenemos un e-commerce con el catálogo de productos de nuestra tienda de ropa, que recibe un número considerable de visitas, y que a la par tengo un sistema de gestión en mi comercio que también obtiene un gran volumen de información de mis clientes (productos que compran, momentos donde compran más, artículos con mayor -rotación, etc.).
Y si también creamos aplicaciones móviles el número de contactos se vuelve incontable.
Pensemos también que podemos manejar nuestra base de datos y segmentarla. Y que contamos con herramientas de automatización para poder enviarles un mail a cada uno. Entonces…
¿Cuándo le enviamos un mail? ¿Cuándo dejamos de mandar mails?
-Si un cliente tiene productos pendientes en su carrito y no terminó su compra en nuestro e-commerce podemos enviar un mail para que continúe la compra.
-Cuando no recibió rápidamente su producto, podemos enviarle una promoción y avisar que su producto está en camino.
-Al comprar en nuestra tienda física, podemos enviarle un descuento para que lo haga también por nuestra aplicación.
-Si se suscribe a nuestro e-commerce pero nunca lo usó, podemos incentivarlo.
-Y también le enviamos mails para la facturación, la entrega o instalación, las promos de temporada o los black Fridays…
¿Son muchos mails?
Las métricas no mienten: Si un e-mail tiene pocas aperturas o aumenta su porcentaje de envíos a correo no deseado, es hora de frenar. Es fundamental ver los números constantemente y evaluar la efectividad de nuestros mails para mejorarlos o eliminarlos de nuestros circuitos publicitarios.